lunes, 18 de febrero de 2013

Leda, el cisne... y la Divina Proporción


Leda y el cisne, es, sin duda, una de las mejores obras de Dalí en donde demuestra que su intención, más que pertenecer a las "vanguardias artísticas", era enlazar con la pintura clásica. Éste había utilizado para componer sus telas el "número de oro" y la "divina proporción". Dalí, después de conocer la obra del conde rumano Matyla Ghyca, que fue quien realizó los cálculos para el cuadro, creo, primeramente una estructura pentagonal (en el trazo del pentágono están presentes el "número de oro" y la "divina proporción") en función de la cual distribuyó los elementos del cuadro y trazó la imagen de Gala, del cisne y de los demás elementos (el huevo, la escuadra, las peanas, etc.). El centro geométrico del cuadro está situado en el sexo de Gala como tributo a la "fuerza más grande de la naturaleza".
Lo que se intuye en este obra es algo más que una extrema precisión en el trazo y en los colores, es una sensación de armonía que deriva de la utilización del "número de oro". Por eso, en la pintura de Dalí, hay algo más que unas formas armoniosas que se intuyen: hay algo invisible en ellos que pone en contacto con el mundo de la Gran Tradición pictórica europea, del pitagonismo y de la metafísica (es decir, de lo que "está más allá de lo físico").
Tal es la idea que hemos intentado transmitir en nuestra obra DALI, ENTRE DIOS Y EL DIABLO...


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