lunes, 25 de febrero de 2013

Dalí, Valdés Leal, Fulcanelli, Alquimia


Dalí elogió en muchas ocasiones la pintura de Valdés Leal, el pintor rival de Murillo, cuyas dos obras In Ictu Occuli y Finis Gloriae Mundi admiró desde su período de estudiante, junto con Buñuel y García Lorca en la Residencia de Estudiantes. Con el paso del tiempo, Dalí intentó racionalizar este entusiasmo que el causaban estos dos cuadros tan sombríos que aun hoy se muestran en el Hospital de la Caridad de Sevilla. Pronto cayó en la cuenta del significado alquímico de ambos cuadros. Valdés Leal los trazó sobre el esquema  de un triángulo equilátero, uno invertido en relación al otro. Hay que decir que ambos están situados simétricamente en dos naves laterales con lo que su visualización unificada supone el contemplar la llamada "estrella de David" o "corona del mago" (dado que la suma de los seis primeros números que corresponden a sus seis vértices es 21, el número de arcanos mayores del Tarot) que incluye a los símbolos de los cuatro elementos de la tradición alquímica: el Fuego, la Tierra, el Agua y el Aire. Todo lo cual, nos sitúa de nuevo ante la certidumbre del interés que la alquimia despertaba en el pintor de Cadaqués.


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